Un niño con trastorno de conducta puede tener alguna de las siguientes manifestaciones:
El enfoque debe ser multifactorial, en el que se incluya un tratamiento cognitivo-conductual con el fin de trabajar el control de los impulsos y demás destrezas para la solución de problemas y comunicación. Además se requiere tratamiento familiar para establecer cambios en el sistema con el fin de mejorar la puesta de límites y la comunicación y tratamiento en destrezas sociales. En algunos casos requerirá de tratamiento farmacológico.
El diagnóstico de un niño con problemas de conducta se podrá realizar a través del trabajo multidisciplinario de Neuropediatría, Psiquiatría infantil y Psicología Clínica, para ello se requiere de un análisis cuidadoso a través de una historia clínica detallada obtenida a través de los padres y educadores.
Algunas pruebas psicológicas pueden ser de utilidad para sostener el diagnóstico.